Un carrillón de viento en forma de falo de la era romana, ha sido desenterrado recientemente por un grupo arqueológico que trabajó en la ciudad romana de Viminacium al este de Serbia, la cual fue considerada una de las principales ciudades lirias en los tiempos romanos.
El objeto se conocía en sus tiempos como “Tintinnabulum”, y se acostumbraba colocar en la entrada o puertas de casas y tiendas, con el fin de alejar el mal de ojo, las malas vibraciones o malos espíritus.
El carrillón de viento es una representación de un falo mágico, está elaborado en bronce fundido, posee dos piernas, alas y tiene cola, además se incluyen cuatro campanas en su centro para dar mayor ornamentación.