El sitio arqueológico Khirbat el-Masani al norte de Jerusalén, ha ofrecido a los arqueólogos el hallazgo de un monje bizantino encadenado, el cual posee una datación cercana a los 1500 años, en lo que parece ser, una especie de práctica asceta que no era muy común en esta región del Medio Oriente.
Los restos fueron encontrados muy cerca del altar de la iglesia, en una zona ubicada en el ábside central donde se emplazaron dos celdas; lo que hace conjeturar a los investigadores que se trataba de una práctica espiritual extrema.
El esqueleto de hace 1500 años presentaba anillos de hierro en sus manos, cuello y pies, lo que representa un descubrimiento extraño en esta zona, ya que esta práctica de ascetismo extrema, no es muy común en el área de Cisjordania, aunque hace un tiempo fue encontrado otro esqueleto con características similares.
Practicas ascetas
En la actualidad, cualquiera podría preguntarse cuál era la finalidad de infringirse tal sufrimiento, no obstante, en los tiempos de vida de este monje bizantino era común tomar el camino del ascetismo para alcanzar la redención, aunque realizar ayunos y evitar cualquier goce de placeres sensuales era la práctica que más se realizaba.
Sin embargo, con el paso del cristianismo por otros territorios orientales como Siria, las prácticas ascéticas se hicieron más extremas observándose el encadenamiento a piedras, ayunos prolongados, además de auto infringirse dolor; con la finalidad de expiar los pecados cometidos y acceder a la redención, tal como hizo Cristo cuando sufrió en la cruz.
Primeras excavaciones en el sitio
Sí bien es cierto que los restos del monje bizantino fueron hallados recientemente, las primeras excavaciones del sitio datan del 2017, cuando se descubrió un amplio complejo arquitectónico en este sitio arqueológico, desenterrándose un monasterio con una casa de descanso, junto a otras estructuras.