La diosa Atenea (Minerva en la mitología romana), era la hija predilecta de Zeus, naciendo directamente de su cabeza.
Diosa doncella y guerrera, personificaba la fuerza noble y la pureza.
En su disputa con Poseidón acerca de quién presidiría el Ática, resultó victoriosa al otorgarle a los habitantes el olivo.
Según una leyenda mató accidentalmente a Palas, una de sus compañeras de juegos y, para perpetuar su memoria, puso el nombre de ella delante del suyo e hizo esculpir el Paladio (o Palladion), un busto que la representaba.
Este Paladio cayó de los cielos cerca de Ilión, fundador de Troya y se transformó en el talismán de la ciudad que durante la guerra de Troya fue robado por Ulises y Diomedes, siendo posteriormente encontrado y llevado a Italia por Eneas.
Atenea y los héroes
Ayudó a distintos héroes por los que sentía simpatía, como a Perseo en su lucha contra la Gorgona Medusa (si no fue ella quien la decapitó) y ubicando la cabeza (Gorgonión) en su égida.
A su vez, protegió a Ulises e intervino a favor de los griegos en la guerra de Troya.
Protegía las labores domésticas, la agricultura y la industria, fomentando la medicina bajo en nombre de Atenea Higeia.
Diosa del Ática, fue venerada en toda Grecia.