¿Cuál es la historia del oro de Moscú?

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A fines de la década del 30′, mientras transcurría la Guerra Civil Española, un 70% de las reservas de oro —entre 510 y 630 toneladas—  del Banco de España fue enviado a Moscú para financiar el conflicto bélico por parte del gobierno de la II República.

La decisión de realizar el traslado fue tomada por el entonces presidente de la República, Francisco Largo Caballero, y por el ministro de Hacienda, Juan Negrín.

Según las versiones más aceptadas de la comunidad historiadora, el motivo del traslado fue la compra de equipamiento militar y el financiamiento de la guerra. Presuntamente, la idea de la República era comprar armamento a Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. No obstante, estos países habían firmado un pacto de no intervención en el conflicto.

Por lo tanto, el gobierno de aquel entonces recurrió a la Unión Soviética de Stalin para financiarse. Asimismo, según los involucrados en el hecho, la idea de trasladar las reservas en oro del Banco de España tenía como propósito resguardar dichas reservas para que no cayeran en manos del bando contrario.

Este hecho sigue resultando controversial y existen versiones muy variadas sobre el destino del oro y su influencia en el desenlace de la guerra. En este sentido, compraoro.org, web especialista en la materia, sostiene que este metal resulta fundamental durante épocas de inestabilidad política.

Algunos historiadores consideran que la decisión de trasladar el oro fue necesaria, mientras que otros afirman que la decisión fue precipitada y pobremente manejada por el gobierno.

¿Cuál fue el pacto realizado por el oro a Moscú?

Las autoridades de aquel entonces y los documentos recuperados de la época señalan que el oro enviado a Moscú nunca tuvo como propósito representar un pago por armamento y equipo militar para costear la guerra. En cambio, fue depositado en el Banco de Moscú como garantía sobre las eventuales operaciones que el gobierno de España quisiera realizar.

En este sentido, del pacto realizado entre la República y Rusia se dispone de un telegrama redactado por el entonces embajador español en Rusia, Marcelino Pascua. Este fue dirigido a Negrín y Caballero, y hace referencia de dos actas —una en francés, otra en ruso— que brindarían legitimidad al traspaso del oro y especificarían los detalles de interés de la operación.

Este documento fue recuperado recién a mediados de 1956 para dilucidar lo que verdaderamente ocurrió, aunque no brinda claridad sobre lo que ocurrió después con las reservas de oro ni su paradero. Sin embargo, se trata de una prueba irrefutable de su depósito en el banco central soviético.

En aquel entonces, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se caracterizaba por su alto nivel de burocracia. Por lo tanto, durante los años siguientes hubieran existido registros exhaustivos de las operaciones realizadas con el oro y las directrices para su gasto desde España. No obstante, los registros encontrados son muy pobres.

Registro y titularidad del oro

El telegrama enviado en febrero de 1937 por el embajador español en la URSS se refiere a la necesidad fundamental de que se mantuviera un registro activo de la materialidad de las reservas y su titularidad, puesto que representaba una de las reservas más grandes en oro del planeta y España se encontraba en circunstancias de pronunciada inestabilidad política.

De esta manera, según el propio ministro de Hacienda de aquel entonces y uno de los principales representantes de la transacción, Juan Negrín, el oro debía ser resguardado por el gobierno soviético y solo ser empleado mediante expresa voluntad de la República para la adquisición de armas y equipamiento.

La titularidad sobre las reservas la mantenía España, pero no necesariamente iban a ser utilizadas en su totalidad para dicho propósito. Justamente por ello, en la década de 1950, el régimen de Franco reclamó el depósito realizado por sus predecesores con el objetivo de recuperar las reservas, acto que resultó infructuoso.

¿Qué pasó con el oro de Moscú?

Determinar el paradero del oro de Moscú es uno de los objetivos más perseguidos por los historiadores españoles, tanto por su importancia histórica como por lo controversial del tema.

Sin embargo, según la versión mas aceptada, las reservas de oro habrían dejado de existir ya para la década de 1970. Cualquier intento previo de recuperarlas durante el régimen soviético fue inútil.

El dosier entregado a España después de la muerte de Juan Negrín, estableció las bases para un reclamo legítimo, pero no había nada que reclamar ni documentos que validaran dicho reclamo ya que la mayoría de los registros relacionados con el oro y su movimiento se encontraban en el extranjero.

El oro de París

Entre 1937 y 1938, un valor de alrededor de 200 millones de dólares fue enviado por el bloque soviético al banco francés Banque Commerciales du Nord de París. Según las investigaciones realizadas sobre este tema, Negrín habría utilizado una cuenta en este banco para la adquisición de equipamiento militar fuera de Rusia: alrededor de 350 millones de dólares fueron enviados en total desde Moscú a Francia.

Sin embargo, esta suma sobrepasa por mucho el valor del equipamiento adquirido durante ese periodo. Según las estimaciones más precisas, este no supera los 100 millones de dólares. Justamente por eso, todavía existe incertidumbre sobre el paradero del dinero restante, del cual no ha dejado registro, por lo que se considera perdido.

De cualquier manera, cuando España se convirtió en miembro de la Organización de las Naciones Unidas, renunció a todo derecho de reclamo a Rusia por el oro de Moscú. Resulta evidente para muchos investigadores que ese dinero fue gastado, aunque tampoco puede precisarse cuándo y cómo —y esto probablemente nunca se pueda determinar—.

El oro en el actual conflicto ruso-ucraniano

Frente al actual conflicto en Europa del Este, a Rusia le serviría mucho disponer de unas reservas de oro del tamaño de las retiradas por el Banco de España en 1938. En efecto, durante épocas de incertidumbre económica y conflicto, este tipo de reservas físicas en metálico resulta muy importante cuando se establecen sanciones económicas y se incrementa el gasto.

Sin embargo, según se sabe, no queda nada del oro español en Rusia. La gran mayoría de las reservas con las que hoy en día cuenta Moscú se encuentran en divisas depositadas en el extranjero. Justamente por eso, el gobierno de Vladímir Putin no puede disponer de ellas para financiar la invasión, debido a las sanciones impuestas por la comunidad internacional.

El gobierno ruso entonces establece ciertas políticas económicas para financiarse: la exportación de materias primas, principalmente el gas licuado que se vende a la Unión Europea, y la utilización de las reservas disponibles en el Banco de Rusia, compuestas en un 15% en yuanes y un 20% en oro.

Justamente por eso, para evitar la caída del rublo ruso, a partir de marzo el gobierno ha establecido un patrón de conversión en el que 5 mil rublos equivale a un gramo de oro.

Al mismo tiempo, se han doblado los tipos de interés y se ha limitado la compra de dólares y divisas extranjeras —y la conversión forzada de los ingresos de empresas que venden en el exterior—.

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