Durante las excavaciones realizadas en la necrópolis de Banditaccia en Cerveteri, Roma, los arqueólogos han encontrado recientemente una estatua de león y una tumba etrusca.
La estatua del león se encuentra agazapada y está realizada con toba volcánica, datada del siglo VI a.C. La pieza se encuentra en buen estado y en ella se pueden apreciar unos músculos y piernas bien definidas. El León de Cerveteri es la primera estatua que se encuentra en el lugar representando a este mamífero. Se encontraba al pie de lo que los expertos han considerado un altar dedicado a los ritos funerarios, de esta forma el papel que desempeñaba la estatua era el de ser “guardián” de una tumba encontrada a tan solo unos metros de distancia.
La tumba citada se encontraba en el subsuelo, de dimensión rectangular y dotada de una escalera por la que se accedía a ella. La tumba data entre los siglos IV y III a.C. y cuando los arqueólogos se adentraron en ella descubrieron 20 esqueletos de los cuales siete se encontraban bien conservados. Los expertos creen que la tumba pertenecía a una familia de élite, siendo una mujer la más prestigiosa de su clan.
Además de los esqueletos, se encontraron diez piedras con inscripciones y un tesoro que contenía objetos funerarios de cerámica y bronce.
Los etruscos habitaron en el centro-oeste de Italia a partir del siglo IX antes de Cristo, alcanzando su apogeo en el siglo VI antes de Cristo. La necrópolis de Cerveteri contiene gran cantidad de tumbas a través de las cuales se muestran esquemas que reproducen las calles, barrios y plazas de la ciudad etrusca.