Más de 3.000 objetos arqueológicos ecuatorianos, incluyendo los trabajos más impresionantes de la civilización manteña, se conservan en los almacenes de un museo de Washington, de la cual el gobierno de Quito dice que quiere que los saquen para que la gente pueda apreciar mejor la historia de Ecuador.
El tesoro incluye estelas monumentales de piedra y 20 altas sillas ‘puestos de poder’ de piedra usadas por jerarcas que la cultura manteña, que tuvo su era de esplendor entre los siglos IX y XIV, más o menos paralela a la de los incas en Perú.
En Ecuador sólo hay tres sillas de este tipo, dice el Ministerio de Patrimonio. “Es la mayor colección de la cultura manteña que existe”, cuenta a Efe Jorge Marcos, el director del proyecto Cerro de Hojas-Jaboncillo.
Cerro de Hojas-Jaboncillo, un yacimiento arqueológico descubierto por el explorador americano Marshall Saville en 1906, es donde se encontraron los objetos conservados en Washington antes de ser trasladados a Estados Unidos.
“Estábamos familiarizados con los trabajos académicos sobre las piezas y sabemos que el Museo Nacional Indio Americano tiene una importante colección arqueológica ecuatoriana, pero no sabemos en cuánto o cuál es su valor”, dijo la ministra de patrimonio María Fernanda Espinosa en una conferencia de prensa el lunes.
El conocimiento de estos trabajos estaba limitado a referencias publicadas y reportajes de un puñado de arqueólogos ecuatorianos que fueron capaces de verlos incluyendo Marcos, que los examinó en sus cajas originales en un almacén de Nueva York en 1971 cuando estaba estudiando en la Universidad de Illinois.
La semana pasada los vio de nuevo junto con Espinosa en las salas de conservación del Museo Nacional Indio Americano en Washington. “Lo que hemos encontrado aquí es de la más fina calidad”, dice la ministra, añadiendo que algunas de las piezas son absolutamente únicas y de un valor superior a cualquiera en Ecuador.
Cerro de Hojas-Jaboncillo, que cubre las 3.500 hectáreas, es la mayor área arqueológica del país. Está localizado en una zona húmeda a lo largo de la costa donde los habitantes precolombinos excavaron silos subterráneos y practicaron la agricultura intensiva, según los expertos.
Saville se encontró con los restos de esta cultura del mismo modo que su compatriota Hiram Bingham, un profesor universitario de Yale, descubrió Machu Picchu en Perú cinco años después, dirigido por guías locales. Perú fue capaz de recuperar las piezas arqueológicas de Yale tras un largo litigio y una campaña de presión internacional.
Por ahora, Ecuador ha escogido cooperar junto con el museo de Estados Unidos aunque Espinosa no descarta que en el futuro su país pueda pedir “parte de esa colección”. Saville sacó esas piezas fuera del país de manera legal, dice Marcos.