
Un equipo de arqueólogos egipcios y alemanes han descubierto la cabeza y el busto de una estatua colosal posiblemente de Ramsés II en un pozo de Matariya, barrio obrero al noreste de El Cairo, esculpida en cuarcita y de casi 8 metros de altura.
Se han podido recuperar la parte inferior de la cabeza, la corona, la oreja derecha y una parte del ojo derecho, pero no se ha encontrado ninguna cartela de identificación del faraón ni ninguna otra inscripción en las piezas halladas, por lo que los arqueólogos no han podido asegurar que represente a Ramsés II.
Sin embargo, todo apunta a que sería una estatua en su honor, teniendo en cuenta que su templo estaba cerca del sitio del hallazgo y que gustaba de hacer versiones gigantescas de sí mismo.
Bajo el barrio obrero de Matariya se encuentra la antigua ciudad de Heliópolis, uno de los centros más importantes de Egipto y que durante el periodo predinástico se consideró hogar del dios Atum, posteriormente Ra, y en donde muchos faraones construyeron o añadieron templos allí.
En este lugar además, el faraón de la 18ª dinastía Tutmosis III construyó un templo que fue el hogar original de dos de los obeliscos más famosos del mundo: las Agujas de Cleopatra, actualmente en Nueva York y Londres.