Es muy díficil encontrar un naufragio romano, por lo que el hallazgo realizado en las playas de Palma de Mallorca es uno de los descubrimientos más excepcionales debido a que permite conocer de primera mano, cómo en el mundo romano de fabricaron los barcos mercantes y las mercancías que transportaban.
El naufragio era un barco mercante en excelente estado de conservación, un nadador local le descubrió cuando observó un fragmento de madera que salía del fondo del mar.
Al presentarse las autoridades en el sitio se dieron cuenta que era un naufragio romano, encontrando varias ánforas que sirvieron para transportar aceite de oliva, vino y la famosa garum, una salsa fermentada de pescado que se comía en el Mediterráneo.
En el lugar se encontró una lámpara con la figura de la diosa Diana, sin embargo, el equipo también encontró ánforas con primitivos símbolos cristianos, lo que deja constancia de un momento de transición entre el mundo pagano romano y el naciente cristianismo.
El excelente estado de conservación se debe a que el naufragio quedó sepultado bajo la arena, lo que impidió que el océano destruyera lo que ha quedado y se mantuviera conservado por cerca de 1700 años.












