La cueva de Points preserva huellas de actividad humana en el Paleolítico superior atrapadas en una estalagmita

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Leopoldo Ágreda Lovera
Nací en Mérida, un estado andino de Venezuela pero me crié en Caracas la ciudad donde crecí, observando el Ávila y haciéndome las preguntas más importantes sobre la vida, la sociedad y el universo, rodeado de árboles y el sabor agridulce de toda gran ciudad. En el trayecto de mi vida, conocí las calles y sus gentes, las cuales me ayudaron a formarme un mejor criterio de la existencia humana y las ciencias sociales, para luego estudiar en la Universidad Central de Venezuela, donde me he formado como historiador y pensador social. La lectura es uno de mis grandes vínculos con el pasado y la esencia de la humanidad, ya que como dijo Descartes, leer es como tener una conversación con las grandes mentes de la historia; el ajedrez es otra de mis grandes pasiones, ya que me ha ayudado a desarrollar una mejor comprensión de la vida, que junto a la música, forman los tres pilares de mis gustos actuales. Soy familiar, amante de la naturaleza y los animales, porque en ellos ves la esencia de la filosofía y de Dios.

Michael Toffolo, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), participa en un artículo, liderado por la investigadora Maïlys Richard del laboratorio Archéosciences Bordeaux, que se acaba de publicar en la revista Geoarchaeology, sobre las actividades desarrolladas en esta cueva durante el Paleolítico superior (hace entre 12.000 y 50.000 años), registradas en una estalagmita de la cueva de Points, situada en el valle del Ródano (Francia), que confirma la presencia de poblaciones humanas en esa cueva.

El análisis y la datación de espeleotemas (estalagmitas, estalactitas o columnas), han demostrado ser fuentes de información esenciales, ya que al estar compuestos principalmente por depósitos de carbonato de calcio atrapan los elementos presentes en la atmósfera, como humo o pigmentos, ambos indicadores de actividad humana.

Por ello se ha sometido a diversos análisis una de las estalagmitas de la cueva de Points, la STM-18-04, formada hace entre 12.000 años y 14.500 años, que muestra la presencia de al menos cuatro capas oscuras en su corte transversal.

Mediante las técnicas de microscopía electrónica de barrido y microespectroscopía Raman, se ha detectado hollín en las capas oscuras, confirmando el uso del fuego por parte de seres humanos dentro de la cueva.

Y mediante el método de series de uranio se ha podido datar la calcita que contenía hollín en torno a dos momentos: el primero, hace 14.000 años, y el segundo, hace 12.500 años.

De este modo, esta investigación ha permitido situar dos fases de ocupación humana durante el Paleolítico superior en la cueva de Points, al final del periodo Magdaleniense superior y a comienzos del Epipaleolítico.

Estas dos fases coincidirían, según el registro paleoclimático regional, con dos eventos fríos abruptos ocurridos en dichos periodos, conocidos como Dryas antiguo y Dryas reciente.

Cueva de Chauvet como referente

La Cueva de Points se ha considerada como la ‘hermana pequeña’ de la famosa cueva de Chauvet-Pont d´Arc, patrimonio de la Humanidad, por la presencia y características de su arte rupestre.

Tras el descubrimiento de Chauvet en 1994 y la datación de sus pinturas (alrededor de 36.000 años), “se despertó un interés creciente por investigar las condiciones climáticas y ambientales de la presencia humana en el sureste de Francia durante el Paleolítico superior, lo que ha motivado estudios como el que acabamos de publicar”, explica Toffolo.

ViaSINC
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