La expedición vikinga de 844 d.C., liderada por el mítico Ragnar Lodbrok, fue una incursión de este pueblo escandinavo que les llevó por varias partes del mar Mediterráneo, enfrentándose con los francos, musulmanes del Al andalusí, e incluso llegando al norte de África.
Esta expedición tuvo como finalidad el saqueo, hacerse con grandes riquezas, además de tomar mujeres y esclavos.
Uno de los episodios principales de esta expedición fue cuando llegaron a la península ibérica, donde no solo fueron adversados y vencidos, sino que la riqueza junto a la belleza de aquel lugar, quedaría instaurada en la memoria vikinga, haciendo que en el futuro volvieran a organizar nuevas expediciones.
Los vikingos llegan a la península ibérica
Cuando se habla de esta expedición, se comenta que los vikingos que penetraron en el territorio ibérico pudieron ser normandos, pueblos del norte.
Esto llama la atención ya que la expedición al territorio ibérico se inició desde el territorio franco, probablemente el norte de la actual Francia.
Al parecer, entraron en actual territorio español a través Gijón rumbo a Galicia, específicamente a La Coruña, donde algunos comentan que los vikingos pudieron pensar que se trataba de una ciudad importante ya que antes de llegar a ésta pudieron observar a lo lejos el Faro de la Torre de Hércules.
Una vez desembarcan, los vikingos se lanzan a realizar sus saqueos y fechorías, destruyendo varias aldeas a su paso y dirigiéndose a la actual provincia de Lugo, donde encontrarían una férrea resistencia encabezada por el rey asturiano Ramiro I.
Los asturianos lograron vencer, pero la fuerza vikinga era muy fuerte, posiblemente de más de 1.800 hombres.
Luego de este episodio, se dirigirían a la actual Lisboa, donde también serían repelidos pero lograrían captar un buen botín, saqueando los pueblos y ciudades cercanas.
Los vikingos entran en Sevilla
Posteriormente, los vikingos tomarían el río Guadalquivir con el que lograrían llegar a la ciudad de Sevilla, que parecía ser uno de sus principales objetivos, logrando tomar y saquear la ciudad en tan solo siete días. Sin embargo, la ciudad de Sevilla sería el inicio de las más serias oposiciones a sus actividades.
Desde Córdoba, Abderramán II lideraba la acción contra los vikingos, formando un ejército para sacarlos de Sevilla, atacándolos cuando éstos últimos decidían avanzar a Morón para continuar con sus saqueos.
La derrota vikinga a manos de Abderramán II
Los musulmanes se abalanzaron contra los vikingos, mermando la vida de varios nórdicos y atacando con fiereza sus naves y pertrechos de guerra. En esta ocasión, la caballería musulmana jugaría un papel importante.
En las cercanías de la actual Tablada en Sevilla, los vikingos verían la mayor fuerza del ejército musulmán reunido por el emir Abderramán II, quienes capturaron a numerosos vikingos y les dieron muerte de maneras horribles como colgándolos de los árboles o aplastando sus cabezas con los cascos de sus caballos.
Varios vikingos lograrían escapar apresuradamente, debiendo pactar con los musulmanes a la salida del Guadalquivir para obtener ropa, alimentos e insumos para continuar su camino hacia el norte del continente.
Los musulmanes atendieron estas demandas a cambio de que los vikingos devolvieran parte del botín, además de liberar a los que habían esclavizado.
A pesar de esto, las acciones de pillaje no acabarían allí, debido a que los vikingos continuarían saqueando ciudades como sucedió en la ciudad de Niebla, actual Huelva, el cual fue el último sitio que saquearon los vikingos en esta expedición del 844 d.C..