Si una cosa diferencia a la Unión Europea de cualquier otra organización supranacional, es el crisol de culturas y lenguas que en su seno se desarrollan.
Así, la UE ha sabido canalizar las aspiraciones culturales de la mayoría de los estados miembros.
No es que se necesite un traductor constantemente, mas bien se ha conseguido una fórmula en que se pueden conseguir verdaderos resultados interesantes en la traducción continua de documentos y sesiones de trabajo.
Es cierto que en la mayoría de casos, los ministros y trabajadores de la Unión hablan perfectamente dos o tres lenguas. A saber: la suya propia, inglés y la mayoría, francés o alemán, que hace que la lengua de trabajo sea la inglesa, pero sin dejar de lado las demás.
Este hecho garantiza que las lenguas de Europa estén reconocidas y protegidas, otorgando la importancia a las lenguas que realmente merecen: son un tesoro que cabe resguardar y potenciar de forma concreta y con todas las energías que sean necesarias, ya que es a través de ellas como se transmite el conocimiento y fluyen las nuevas ideas.
Así, lejos de ser un problema en términos de organización práctica, se ha sabido gestionar el crisol de culturas y lenguas en el que se ha ido convirtiendo la Unión, sin que esto suponga un problema que no se pueda superar.
A nivel de ciudadanía, cualquier ciudadano de la unión se puede dirigir a ella en su lengua materna, haciendo la administración mucho más cercana y clara.
Es cierto que no todos los documentos se encuentran en todas las lenguas, pero se puede encontrar traducción o bien solicitarla a través de su página web.
¿Cuáles son los idiomas de la Unión Europea?
Las lenguas de la Unión son 24:
- Alemán
- Búlgaro
- Checo
- Croata
- Danés
- Eslovaco
- Esloveno
- Español
- Estonio
- Finés
- Francés
- Griego
- Húngaro
- Inglés
- lrlandés
- Italiano
- Letón
- Lituano
- Maltés
- Neerlandés
- Polaco
- Portugués
- Rumano
- Sueco