Un tribunal de apelación de Brooklyn ha ordenado a la familia de un superviviente del Holocausto que devuelva una tableta de oro antiguo a un museo alemán. La decisión se da en relación con las demandas que interponen las víctimas del Holocausto para recuperar bienes que los nazis les robaron. Pero en este caso, de acuerdo con los documentos judiciales, el valioso objeto asirio de 3200 años de edad fue saqueado del Museo Preasiático de Berlín durante el final de la Segunda Guerra Mundial.
Aún está por esclarecer cómo el superviviente Riven Flamenbaum entró en contacto con el valioso objeto después de que fuera liberado de Auschwitz y enviado un campamento de refugiados en el sureste de Alemania en 1945. En cualquier caso, Flamenbaum emigró a los Estados Unidos cuatro años más tarde y llegó a Nueva York con su mujer y con la tableta de oro del tamaño de una foto de pasaporte.
Los hijos del superviviente del Holocausto se enteraron en 2003 de que la pieza de oro era robada. El museo demandó que fuera enviada de vuelta pero en 2010 un juez del Condado de Nassau se pronunció a favor de la familia Flamenbaum, basándose en el hecho de que el museo nunca informó de la desaparición de la tableta y que era imposible saber cómo fue adquirida por Riven Flamenbaum. Ahora, el tribunal de apelación le ha dado la razón al museo alemán.
El abogado que representó al museo y a las familias judías que han ido reclamando la devolución de las piezas robadas por los nazis, Raymond J. Dowd, considera que la decisión tiene una importancia histórica: “El principio de que la propiedad tomada ilegalmente debe de ser devuelta, concuerda con los derechos de las víctimas del Holocausto. Este precedente ayudará a aquellos museos que busquen recuperar todas las obras que les robaron”.
Por su parte, el abogado de la familia Flamenbaum, Seth A. Presser, afirma que la decisión ha causado “un resultado muy desigual» y que apelarán: “Creemos que el tribunal ha malinterpretado determinados hechos y, en consecuencia, ha aplicado erróneamente la ley de Nueva York”. También sostiene que la familia nunca ha tenido planes de tener la tableta, ya que es el único recuerdo que les quedaba de ese “amargo momento” de la historia.
Los cuatro jueces del tribunal de apelaciones ordenaron por unanimidad a la corte que supervise el retorno de la tableta, que actualmente se encuentra guardada en una caja de seguridad.
La historia de este valioso objeto se remonta a 1913, cuando un equipo de arqueólogos alemanes lo encontró mientras excavaba en una zona de Irak. Terminó en el museo de Berlín en 1926 y cuando la guerra estalló en 1939 se guardó en un lugar seguro para protegerlo junto a otras antigüedades. Pero cuando realizaron un inventario tras la guerra, la tableta había desaparecido.