La publicación de un reciente estudio que señala, cómo una población humana continuó viviendo luego de la erupción del Toba, ha hecho considerar la magnitud de aquel evento catastrófico y sus implicaciones en la humanidad, pudiendo no ser tan catastrófico como se pensaba.
El estudio propone que la humanidad no sólo se trasladó en rutas verdes en sus eventos migratorios, indicando que pudieron utilizarse en períodos de mayor aridez, el cauce de ríos como ruta migratoria.
Por esta razón estudiaron en Etiopia el sitio conocido como Shinfa Metema I, donde encontraron fragmentos de vidrio volcánico con una datación cercana a los 74 mil años.
En el sitio también encontraron puntas de proyectil que demuestran la presencia humana poco tiempo después, de producirse aquel evento natural.
Entre las implicaciones climáticas, parece que la estación seca fue más prolongada, los pozos comenzaron a secarse y esto empujo a muchos, a varios movimientos migratorios.