Una formación en espiral de esqueletos humanos ha sido desenterrada en un antiguo cementerio de un pueblo pre-Azteca en el sur de la Ciudad de México.
El descubrimiento, que data de aproximadamente de 2.400 años, fue realizado durante los trabajos arqueológicos que realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tlalpan.
La espiral la forman 10 entierros y las antropólogas Lucía López Mejía y Sonia Rodríguez Martínez, confirmaron que la mayoría de ellos corresponden a entierros adolescentes, aunque también fueron identificados un adulto, un bebé y los restos de un niño de un mes.
También confirmaron que al menos dos de los entierros tenían los cráneos deformados de forma intencional, al igual que algunos dientes de diversos esqueletos.
Si bien aún no se conocen las causas de sus muertes, el método de colocar cuidadosamente los restos en una formación espiral uniendo sus brazos sugiere que fue parte de un antiguo ritual.
Esta teoría se ve reforzada por la colocación de ofrendas de cuencos y ollas de barro, y de esferas y piedras de cerámica en las manos de algunos esqueletos.
Tras cinco meses de trabajos arqueológicos, el equipo del INAH ha localizado más de 20 pozos en el cementerio, de los cuales 6 de ellos tienen entierros individuales, en su mayoría de adultos.
