La religión en la Prehistoria: características y tipos más importantes

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Manuel Álvarez Esteban
Romántico, en el sentido artístico de la palabra. En mi adolescencia tanto familiares como amigos me recordaban una y otra vez que era un humanista empedernido, pues pasaba el rato haciendo lo que quizás otros no tanto, creyéndome Bécquer, inmerso en mis propias fantasías artísticas, en libros y películas, deseando constantemente viajar y explorar mundo, admirado por mi pasado histórico y por las maravillosas producciones del ser humano. Por ello decidí estudiar Historia y simultanear con Historia del Arte, porque me parecía la manera más adecuada de llevar a cabo las habilidades y pasiones que me caracterizan: leer, escribir, viajar, investigar, conocer, dar a conocer, educar. La divulgación es otra de mis motivaciones, pues entiendo que no hay palabra que tenga valor real si no es porque haya sido transmitida con eficacia. Y con ello, tengo la determinación de que todo lo que haga en mi vida tenga un fin didáctico.

Características generales de la religión en la Prehistoria

Una cosa importante a tener en cuenta en cuanto al estudio de la religiosidad de las sociedades preagrícolas es la escasez de fuentes directas.

Las metodologías de otras disciplinas como la etnografía y la antropología deben intervenir, analizando las manifestaciones religiosas de sociedades primitivas en la actualidad y extrapolando los resultados al pasado.

De esta manera, se deduce que las prácticas y creencias ancestrales que aún se dan en sociedades africanas, pacíficas, americanas, etc., salvando las modificaciones que sin duda han debido producirse a lo largo del tiempo, hunden sus raíces en las religiones practicadas por sociedades prehistóricas.

Dado el pequeño tamaño de los grupos que conforman estas sociedades preagrícolas, no existe una casta sacerdotal jerárquica ni que actúe constante y exclusivamente.

Solamente los chamanes, o sacerdotes temporales, son los encargados de oficiar toda la amalgama de ritos y ceremonias.

Esto quiere decir que cualquiera puede actuar de intermediario entre el mundo terrenal y las fuerzas sobrenaturales, cualquiera puede ser chamán, aunque el grado de respeto entre los miembros del grupo depende de la capacidad del sacerdote para entrar en contacto con las potencias divinas.

Es por tanto, una religiosidad individualista.

Otros aspecto importante es la influencia que ejerce el medio ambiente, que varía según el área geográfica. Las fuerzas de la naturaleza aparentemente inexplicables ante los ojos de unas sociedades primigenias, serán objeto de veneración y devoción.

Es lo que el experto en religiones Díez de Velasco califica de ecología de la religión, que regula la relación espiritual entre el hombre y la naturaleza y en la que las variaciones medioambientales tienen un papel fundamental.

De esta manera, la sacralización del entorno natural permite regular la conducta del hombre al no existir una fuerza política superior que lo haga, como ocurre en las sociedades jerarquizadas (no hay un rey o dirigente que imponga reglas). Las reglas de la naturaleza serán las que guíen a estas sociedades a la convivencia.

Se crean ritos y ceremonias de adaptación (en torno a prácticas como la caza o la pesca sobre todo) que permiten al grupo convivir con el medio que les rodea, impiden la destrucción del medio por parte de aquellos que pudieran extralimitarse en la explotación de recursos naturales y así garantizan la supervivencia del grupo.

Se trata de prácticas que varían según las características del medio físico y natural.

Existieron entre las sociedades prehistóricas numerosas clases de ritos, que con carácter general se corresponden con las diferentes etapas de la vida del individuo, desde su nacimiento hasta su muerte:

  • Ritos de paso: ceremonias específicas que estratifican la vida del individuo y  que le otorgan credibilidad y reconocimiento social. El satisfactorio cumplimiento o no de estos ritos determinan las funciones y obligaciones del individuo con respecto a la comunidad.
  • Ritos de nacimiento: el primer paso es el reconocimiento ritual del nuevo individuo en la sociedad, por lo que estos ritos tienen un carácter identificativo en los que se otorga al recién nacido un nombre que lo identifique y, con ello, una identidad y unos derechos de vida de los que carecía anteriormente.
  • Ritos de matrimonio: fueron muy importantes pues desde un principio sirvieron para unir clanes y engrandecer familias. Además, estos ritos suelen estar acompañados de algún tipo de intercambio social y material entre las tribus.
  • Ritos iniciáticos: aprueban la capacidad del individuo de asumir las responsabilidades que la comunidad considera que corresponden a los adultos, aunque no por ello siempre se realizan cuando el individuo alcanza la pubertad.
  • Ritos funerarios: suelen ser de una importancia y complejidad extremas, pues normalmente la no correcta celebración de estas ceremonias supone la conversión del difunto en un espíritu rabioso y vengativo en lugar de un antepasado espiritualmente benefactor para el grupo. De ahí la importancia de traspasar correctamente al difunto del mundo de los vivos al mundo de los espíritus o antepasados.

Chamanismo

Con el término chamán se designa de forma generalizada a aquellos individuos que de manera temporal y no exclusiva se dedican a las funciones mágico religiosas, de culto y rituales.

Se trata de individuos reconocidos por la sociedad, que no tienen por qué formar una casta superior, pues cualquiera que se preste puede convertirse en un chamán, siempre que cumpla satisfactoriamente el proceso de aprendizaje y los rituales pertinentes.

Estos ritos de paso eran muy diversos y siempre con alguna nota distintiva del resto.

religion en la prehistoria el chamanismo
Fotografía antigua de un chamán pigmeo tomada por Kazimierz Nowak, viajero polaco, durante una expedición en África

Es un especialista “a tiempo parcial” de lo religioso, como apunta Díaz, pues se dedica a otras actividades además de las rituales.

A pesar de no existir sacerdocio ni jerarquía sacerdotal, el chamán era reconocido por el resto de los miembros de la sociedad por sus capacidades de trance, de contacto con la naturaleza y las fuerzas sobrenaturales y su sabiduría, de manera que se convierten en intermediarios entre el hombre y las fuerzas místicas y sobrenaturales.

El sacerdote o chamán tiene la capacidad de entrar en contacto con fuerzas y seres divinos superiores a través de diferentes técnicas rituales que debe conocer (ingesta de psicotrópicos, sueños, ayunos, meditaciones, etc.) que hacen que entre en un estado de trance o alteración de la conciencia gracias al cual se comunica con los espíritus y seres divinos.

El chamán adquiere un compromiso con la sociedad que lo respeta, de manera que esta puede culparle e incluso expulsarle del grupo si no cumple con las expectativas (por ejemplo, si no consigue que haya lluvia en un período de sequía) puesto que así demuestra que no es apto para desempeñar esa función.

Además, el chamán tiene otras funciones que trascienden lo meramente religioso, convirtiéndose en los principales sanadores del grupo, puesto que conocen métodos curativos y técnicas de farmacología natural.

También un papel de sabios y consejeros, y sus poderes les convierten en los más capaces para dirigir al grupo, otorgándoles así cierta dignidad política.

Las principales manifestaciones de las sociedades prehistóricas: animismo, fetichismo y nagualismo.

Monumento tótem a las sociedades antiguas norteamericanas en Ottawa (Canadá)
Monumento tótem a las sociedades antiguas norteamericanas en Ottawa (Canadá)

El estudio de las religiones primitivas es complicado debido a las grandes diferencias entre unas regiones y otras, entre unas culturas y otras.

Sin embargo, existen entre las sociedades primitivas manifestaciones comunes que han llevado a los expertos a creer que provienen de un mismo pasado prehistórico.

El animismo, por ejemplo, se refiere a la creencia en que todo ser, animado o inerte, es susceptible de poseer un ente natural intrínseco o ánima, que influye en el sujeto y en su entorno y que puede tener un carácter negativo o benefactor.

De esta manera, todo elemento natural y humano tiene alma, y por tanto, las sociedades están rodeadas de espíritus, buenos y malos, que hay que venerar o ahuyentar.

Cada individuo porta consigo un tótem o nagual, un ser, a veces animal, que le guía en su vida y refleja sus características y personalidad.

El nagual suele ser revelado en sueños en algún momento de la vida del individuo, bien directamente por el individuo en cuestión o bien a través de la intervención de un chamán que visualiza el nagual asignado.

Los chamanes utilizaban fetiches o amuletos con capacidades mágicas y sobrenaturales que les permitían el ejercicio prácticas mágicas o la dirección de rituales sagrados.

El fetichismo además pervivió en muchas de las civilizaciones antiguas y aún hoy en día las grandes religiones monoteístas tienen los suyos propios, como las reliquias de santos.

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