Una adolescente que murió en proceso de parto hace 1.500 años en Egipto, ha sido nuevamente estudiada por un equipo multidisciplinario, que al analizar sus restos momificados, dieron con nuevos hallazgos que han sorprendido a los investigadores.
El primer hecho es que la mujer tenía gemelos, pero al estar en proceso de parto el primero, hubo numerosas complicaciones que llevaron a la muerte tanto a la madre como al infante.
La escena fue muy bizarra cuando los arqueólogos vieron el espectáculo, de un recién nacido decapitado, ya que venía en una posición en que su cabeza quedó atorada en el cuerpo de la madre, lo que provocó la muerte de ambos.
El segundo dato revelador es que el segundo feto se encontró en la caja torácica de la joven, y los embalsamadores egipcios parece que no conocían la existencia del segundo niño, por lo que quedó en el cuerpo, siendo encontrado por los investigadores.
El movimiento del segundo feto a esta parte del cuerpo, debió producirse post mortem, hallando en dicha parte del cuerpo restos de placenta.
La placenta fue hallada en el sitio cuando fue encontrada la momia en el siglo XX, sin embargo, el uso de tomografías computarizadas permitieron el conocimiento de los nuevos datos.