El mundo romano continúa vivo entre nosotros, tal como se puede apreciar con las Saturnales, que fueron en tiempos del Imperio Romano, una de sus celebraciones más importantes que luego el cristianismo, al ser religión oficial de los romanos, buscó asimilar con el nacimiento de Jesucristo.
¿Qué eran las Saturnales?
Las Saturnales fueron celebraciones esperadas durante todo el año por los romanos, quienes por una semana veían como toda convención social era resquebrajada, además de ornamentar las casas con mucha luz, entregar regalos a los seres queridos y disfrutar de grandes banquetes, de manera similar a como se celebra hoy la Navidad alrededor del mundo.
Origen de las Saturnales
Saturnales hace referencia al dios Saturno que fue uno de los principales dioses romanos, encargado de la agricultura, el tiempo y los aspectos sobrenaturales de la existencia; por lo que al finalizar el año, era importante agasajar al dios Saturno.
Sí bien es cierto que estas celebraciones fueron muy famosas en el imperio romano, el autor romano Macrobio que escribió acerca de las Saturnales, refirió que dichas festividades eran mucho más antiguas que la ciudad de Roma, relacionando su origen con la civilización griega.
Escritores posteriores relataron que las Saturnales se desarrollaban como en el ritual griego, haciendo grandes banquetes, ornamentando con velas y antorchas, además de que los esclavos gozaban de una gran libertad durante los días de fiesta.
Otros investigadores han querido ver en los Etruscos el origen de esta festividad romana, señalando que durante estos días se hacían importantes sacrificios a su dios del tiempo.
¿Cómo eran las Saturnales en la época romana?
La celebración dedicada al dios Saturno estaba relacionada con la fecha de solsticio del invierno, considerado el día más oscuro del año, por lo que se tenía una concepción de que el mundo moría, al menos simbólicamente.
Las celebraciones iniciaban el día 17 de diciembre y terminaban el día 24, en los que se acostumbraba cambiar las convenciones sociales como por ejemplo, los hombres en esos días vestían de mujer, o los esclavos vestían como los amos.
Los grandes banquetes y las bebidas también formaban parte de la celebración, era común que miembros familiares viajaran a otras ciudades para celebrar aquel día con los suyos.
Era también muy común en aquellos días, escuchar a la gente grita “Io Saturnalia”, a la manera en que se dice hoy “Feliz Navidad”.
El Templo de Saturno en la colina del Capitolio en Roma, era el lugar más importante de la celebración, iniciando las fiestas con un ritual simbólico, en el que la imponente estatua de Saturno era liberada del cordón de lino que amarraba sus pies.
Amos y esclavos
Acerca del relajamiento social entre amos y esclavos, algunos han señalado el origen de esta práctica con las celebraciones griegas, mientras que otros señalan que al terminar toda la faena agrícola con la llegada del solsticio, las celebraciones unifican a amos y esclavos ya que no hay más trabajo por hacer esos días.
Durante los días que duraba la festividad, las casas romanas se engalanaban con plantas y vegetación, además de eso, era tradición que se utilizaran velas o antorchas ya que al ser días oscuros, se buscaba atraer a la luz con estos utensilios, que eran una parte importante de la velada.
25 de diciembre día del Sol Invictus
Al inicio, las celebraciones solo se atañían a las Saturnales, sin embargo, cuando los militares romanos comenzaron a adquirir influencia de los dioses orientales, desarrollaron el culto al Sol Invictus, que tenía por día el 25 de diciembre.
Sol Invictus es una celebración que se relaciona con el cristianismo, este culto militar veía al sol como máxima deidad y se dejaba el día 25 de diciembre como su celebración, ya que se consideraba ese momento como el de la victoria del sol por encima de las tinieblas.
Las Saturnales y la Navidad católica
Constantino el Grande fue el responsable de hacer del cristianismo la religión oficial del imperio, lo que le llevo a proclamar junto al Papa Julio I, el día 25 de diciembre como la celebración de la Navidad.
Era obvio que se buscó relacionar las fiestas paganas con el cristianismo, ya que ésta era una nueva religión que no tenía el arraigo popular de las religiones paganas antiguas.
Con el Papa León I en el año 449, se toma el 25 de diciembre como el nacimiento oficial de Jesús; y el emperador Justiniano en el año 529, declaró éste día como una festividad oficial del Imperio Romano.