¿Qué fue la Máscara de Fernando VII en las Juntas de 1810?

La Máscara de Fernando VII en las Juntas de Gobierno Americanas de 1810 como el inicio de los movimientos de Independencia de América Latina.

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Leopoldo Ágreda Lovera
Nací en Mérida, un estado andino de Venezuela pero me crié en Caracas la ciudad donde crecí, observando el Ávila y haciéndome las preguntas más importantes sobre la vida, la sociedad y el universo, rodeado de árboles y el sabor agridulce de toda gran ciudad. En el trayecto de mi vida, conocí las calles y sus gentes, las cuales me ayudaron a formarme un mejor criterio de la existencia humana y las ciencias sociales, para luego estudiar en la Universidad Central de Venezuela, donde me he formado como historiador y pensador social. La lectura es uno de mis grandes vínculos con el pasado y la esencia de la humanidad, ya que como dijo Descartes, leer es como tener una conversación con las grandes mentes de la historia; el ajedrez es otra de mis grandes pasiones, ya que me ha ayudado a desarrollar una mejor comprensión de la vida, que junto a la música, forman los tres pilares de mis gustos actuales. Soy familiar, amante de la naturaleza y los animales, porque en ellos ves la esencia de la filosofía y de Dios.

La llegada de las noticias provenientes de España en 1810, cuando la Junta Central Gobernativa del Reino se sustituyó por el Consejo de la Regencia, no cayeron de buena manera en los territorios americanos, que en lugar de escuchar las disposiciones de España que estaba invadida por Bonaparte, prefirió organizarse en juntas autónomas para guardar los derechos de Fernando VII.

¿Qué es la Máscara de Fernando VII?

En este sentido, la Máscara de Fernando VII puede verse en dos direcciones; una de ellas la más visible, que argumenta cómo el “resguardo de los derechos de Fernando VII” era en realidad una máscara para encubrir los intereses criollos de hacerse con el poder político.

La otra cara, nos muestra al rey Fernando VII como la panacea de todos los males y la garantía de orden.

Las Juntas de 1810 guardianas de los Derechos Reales de Fernando VII

En 1810 las Juntas de Caracas, Buenos Aires, Quito, Santiago de Chile y Bogotá, presentaron ante el mundo su primer paso a la independencia, aunque en esta primera oportunidad, lo hicieron bajo el resguardo de los derechos de Fernando VII, quien había perdido el trono español en manos de Bonaparte y los franceses.

En cada una de las actas de las ciudades mencionadas anteriormente, se lee cómo la captura y abdicación del monarca español había provocado la creación de juntas en España, que buscaban mantener el orden político destruido por los franceses.

En América, la élite criolla que manejaba los cabildos observó con malos ojos todo lo que sucedía en España, decidiendo organizarse primero de manera local para mantener el orden político existente, en manos de los miembros de la élite criolla; para luego llevar el movimiento a otras provincias, tal como sucedió en Caracas o Buenos Aires.

La Máscara de Fernando VII: la élite criolla y sus ansias de poder

Entre las juntas de gobierno creadas en 1810 que sostuvieron la fidelidad al rey Fernando VII, hubo en varias ciudades criollos que provenían de una larga historia de conspiraciones, la mayor de las veces descubiertas por las autoridades reales, por lo que, a pesar de hacer constar en sus actas su reconocimiento al rey, la verdad es que la autonomía era perseguida desde 1808.

Un ejemplo de ello, podemos verlo en Caracas donde la élite criolla había estado conspirando desde 1808 para crear una Junta que depusiera a la autoridad española aunque fueron descubiertos posteriormente.

En Quito, los criollos se habían levantado desde 1809, y para nadie es un secreto que en Buenos Aires se venía conspirando con fuerza, como puede observarse con la “Asonada de Álzaga” efectuada el 1 de enero de 1809.

Las conspiraciones que antecedieron a la creación de las Juntas, junto a las declaraciones posteriores de independencia, podrían hacer creer que Fernando VII había sido solo una excusa para conformar un nuevo gobierno.

Sin embargo, cada región difiere en causas o acontecimientos, por lo que las razones para independizarse no serán siempre las mismas, aunque la mecha que encendió el incendio, fueron las juntas gubernativas de 1810.

La cara del orden

La llegada de Napoleón Bonaparte a España y su irrupción por Europa, no podían sino significar la angustia de los grandes cambios que provienen por la guerra o las revoluciones, junto a su carga de odio, separación y destrucción.

Es notorio que en diferentes lugares de América, la élite criolla conocía los peligros a los que se enfrentaba al dar los pasos que estaba dando, ya que poseían antecedentes en la Revolución Francesa, la Revolución de Haití o la Independencia Estadounidense.

El miedo a que estallara el terror como sucedió en Francia, o que se desatara una guerra de castas como sucedió en Haití, fueron algunos de los miedos que llevaron a ver en Fernando VII la garantía del orden perdido que se restablecería con su regreso al trono.

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