Lo clásico, mientras más antiguo, más vivo. Sirve de modelo y sobrevive por generaciones. No pasa de moda, no se olvida y forma parte de nuestra cultura. En este artículo te hablaremos sobre un clásico incomparable, ‘La Odisea‘, epopeya hermana de La Ilíada, a la que dedicamos un merecido artículo.
Ambas forman parte del denominado ciclo troyano. Grandes intelectuales han dedicado su vida a estudiar La Odisea. Nosotros, con el respeto debido, le dedicamos este humilde artículo.
Homero y la memoria colectiva
Así como La Ilíada, La Odisea nace en la oralidad y sobrevive gracias a la memoria colectiva. Recordemos que los aedos recitaban estos poemas épicos en las plazas de la Antigua Grecia.
Se estima que La Odisea fue escrita en el siglo VIII a.C..
Tanto La Ilíada como La Odisea suelen atribuirse a Homero, un conocido aedo de la Antigua Grecia. Sin embargo, en realidad no se sabe si él las escribió o si en verdad existió.
Esta polémica es conocida como la cuestión homérica.
La Odisea: el viaje y la astucia de Odiseo
La Odisea nos relata el viaje de Odiseo, también llamado Ulises, de regreso a Ítaca, luego de la guerra de Troya. Esta duró 10 extensos años, pero su retorno demora otros 10 años.
Su esposa Penélope y su hijo Telémaco esperan el retorno del rey. Sin embargo, muchos hombres lo creen muerto e invaden el palacio, buscando casarse con Penélope.
La Odisea utiliza una narración in media res (la historia empieza por la mitad). Por eso, los estudiosos han dividido esta epopeya en tres partes: la Telemaquía, el regreso de Odiseo y la venganza de Odiseo.
La Telemaquía: el hijo en busca de su padre
Cuando la obra inicia, la diosa Atenea le pide a Zeus que permita a Odiseo volver a casa. Este lleva muchos años atrapado en la isla de la bruja Calipso. El Olímpico acepta y Atenea va en busca de Telémaco.
Ocultando su verdadera identidad, Atenea convence a Telémaco para que vaya en busca de su padre. El joven deja Ítaca mientras decenas de pretendientes consumen todos los alimentos del palacio.
Telémaco llega a Pilos, donde el rey Néstor le indica que Agamenón ha muerto y que los demás héroes han vuelto a casa, pero no tiene noticias de Odiseo.
El joven príncipe se dirige ahora a Esparta, donde es recibido por el rey Menelao y su esposa Helena. Allí, Telémaco descubre que su padre está en la isla de Calipso.
El regreso de Odiseo: 10 años de maldición
Mientras tanto, Hermes ordena a Calipso liberar a Odiseo. Este construye una balsa y llega a la isla de los feacios. Allí, el rey Alcínoo lo recibe, pero no lo reconoce.
Cuando el aedo Demódoco canta la historia de la guerra de Troya, Odiseo echa a llorar. Alcínoo le pide que revele su verdadera identidad. Es en ese momento que nuestro héroe inicia su desafortunado relato.
Al partir de Troya, Odiseo y sus hombres atraviesan muchos infortunios. Cada desembarco significaba ver morir a algún compañero. Primero llegan a la isla de los cicones y luego a la isla de los lotófagos.
Estas flores producen pérdida de memoria en tres de los hombres de Odiseo.
Pero la aventura más importante se produce en la isla de los cíclopes, donde conocen a Polifemo, hijo de Poseidón. Este monstruo de un solo ojo los encierra en su cueva dispuesto a devorarlos.
Y es aquí donde se presenta la mayor cualidad de Odiseo: su astucia. Gracias a ella, nuestro héroe engaña al cíclope, lo deja ciego y consigue escapar.
Polifemo ruega a su padre, Poseidón, que no permita que Odiseo vuelva a su hogar. Esta maldición será la causante del interminable naufragio.
Consiguen superar la isla de Eolo y la isla de los lestrigones. Posteriormente llegan a la isla de Circe, donde permanecen un año.
Más adelante, Odiseo debe descender a los infiernos para encontrarse con el adivino Tiresias. El vidente profetiza un retorno complicado a su hogar.
Odiseo atraviesa la isla de las sirenas. Para no dejarse seducir por su canto, les dice a sus hombres que se cubran los oídos con cera y que a él lo aten al mástil de la embarcación.
Odiseo puede oír el bellísimo canto de las sirenas y, aunque ordena dirigirse a la isla, sus hombres no lo escuchan.
Atraviesan los mares gobernados por las bestias Escila y Caribdis, y llegan a la isla del dios Helios. Los hombres de Odiseo devoran las reses sagradas que habitaban allí. Zeus envía un rayo como castigo. Odiseo queda como único sobreviviente.
Solo, nuestro héroe naufraga a la isla de Calipso, quien lo retiene durante 7 años. El héroe termina su relato ante los estupefactos feacios.
La venganza de Odiseo: ofensas pagadas con sangre
Alcínoo prepara una embarcación para el regreso de Odiseo, siempre protegido por Atenea. A su vez, Telémaco abandona Esparta y viaja durante la noche, para que los pretendientes no lo maten.
Padre e hijo se encuentran. Informado de todo, Odiseo prepara su venganza. Llega al patio de su propio palacio disfrazado de mendigo. Mientras tanto, Penélope prepara una prueba para decidir con quién se casará.
Solo aquel que logre tensar el viejo arco de Odiseo y pasar la flecha por doce ojos de hacha, es digno de desposar a la reina. Todos fallan, hasta que llega Odiseo y supera la prueba sin inconvenientes.
Se produce la batalla final. Odiseo pide a Telémaco las armas y, con ayuda de sus sirvientes más fieles, asesina a todos los pretendientes. Descubre su identidad ante Penélope, quien lo reconoce luego de tantos años.
Odiseo visita a su padre, Laertes, ya envejecido. Los familiares de los pretendientes asesinados buscan venganza. Todos se preparan para la batalla. En ese momento, aparece Atenea y declara la paz. Culmina la obra.
La Odisea: valor y legado
¿Dónde encontramos el valor de esta epopeya? Podemos centrarnos en tres aspectos: histórico, literario y educativo.
Como texto histórico, la Odisea recoge toda una tradición cultural y formas de pensamiento propias de un pueblo.
Su valor literario radica en el uso del in media res, poco usual en la literatura clásica. Además, consolida la estética de los epítetos y la concisión en la narración.
También posee un valor didáctico y pedagógico, pues sus personajes tienen valores admirables par el pueblo.
Por ejemplo, Penélope es una clara muestra de fidelidad. Durante la ausencia de Odiseo, convenció a los pretendientes de que escogería esposo cuando terminara de tejer un sudario. Pero, siempre astuta, tejía durante el día y destejía en las noches.
La vida resumida en un viaje como La Odisea
Pocas obras consiguen resistir el paso de tantos siglos y seguir tan vigentes. El logro de La Odisea se debe a que es una alegoría de nuestra propia vida como un viaje.
Tenemos nuestro propios cíclopes, sirenas y bestias marinas que nos tientan e impiden conseguir lo que queremos. Al igual que Odiseo, nos enfrentamos a diversas dificultades, las superamos y, a pesar de todo, llegamos a nuestro destino.
Epopeyas como La Odisea nos ayudan a entender que existen problemáticas que superan el paso del tiempo. Es increíble que luego de más de 2000 años, nos podamos sentir identificados con las aventuras de este héroe griego. Parece ser que, como reza el viejo adagio: “después de los griegos, no hay nada nuevo bajo el sol”.
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Excelente esta pagina. Como me ha instruido.