Un grupo de investigadores estudió numerosas fuentes literarias de hace 2.500 años aproximadamente, con el fin de encontrar menciones a enfermedades similares al Alzheimer, encontrando que esta afección era muy rara en los tiempos de Plinio el Viejo, Aristóteles, Galeno, etc.
En los tiempos griegos se encontraron varias referencias sobre dolencias estomacales, sordera y otras molestias, pero casi no existen registros de pérdida de memoria u otros síntomas similares.
Se cree que en gran medida, el esfuerzo físico e intelectual de los antiguos griegos, les mantuvo alejados de estas dolencias.
Por su parte, en la época romana comienzan a aparecer muchos más casos, contándose incluso el de Valerio Mesala Corvino, famoso senador romano quien olvidó su nombre.
Los investigadores encontraron cuatro diferentes afecciones relacionadas al daño cognitivo, se estipula que al crecer la población urbana romana, también se incrementaron estos casos, siendo una fuente de numerosas enfermedades de este tipo, el uso del plomo en las tuberías romanas.