La tradición griega de colocar nombres en las balas de honda, continuó viva en el imperio romano tal como lo demuestra, el hallazgo de una bala con el nombre de Julio César y la ciudad ibérica de Ipsca.
Se cree que el lugar ofrece pistas de la última guerra civil entre Julio César y los hijos de Pompeyo, existiendo desde antaño acalorados debates sobre el lugar exacto de dicha batalla, aunque la inscripción junto al lugar del hallazgo, colocan a la región de Montilla en Andalucía como el posible lugar de los hechos.
La bala posee una forma de bellota con ambos extremos puntiagudos, lo que habría provocado mucho daño; mide 45 centímetros de largo con 2 de ancho, y un peso de 71,1 gramos.
El inconfundible nombre de Julio César se percibe en su abreviatura CAES, observándose también el nombre de la ciudad de Ipsca, lo que revela el apoyo de dicha ciudad ibérica a la causa de Julio César.