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Los antiguos griegos y romanos tenían una concepción cíclica del tiempo, a diferencia de la visión lineal que posee el cristianismo; esta visión cíclica que observamos en las civilizaciones antiguas, ve el paso del tiempo como edades que luego, de una u otra manera, volverán a repetirse.
La historia de México podría decirse, contiene algo de esta verdad y podemos verla en el segundo Imperio Mexicano, el cual, fue instaurado por una serie de consecuencias que veremos a continuación.
Esta concepción cíclica que aludimos al comienzo podemos verla de la manera siguiente, el primer gobierno independiente de México fue el Primer Imperio Mexicano, una vez terminado este gobierno, se erigió la Primera República Federal que no estuvo exenta de problemas como el gobierno anterior.
Estos problemas terminaron con la proclamación de la república centralista, que luego daría paso a la Segunda República Federal, y luego, por una serie de problemas sociales y coyunturas de carácter internacional, vuelve México en 1862 a la forma imperial de gobierno, con Maximiliano I, el emperador del Segundo Imperio Mexicano.
Las situaciones políticas que produjeron el Segundo Imperio Mexicano
Desde la Independencia de México, la inestabilidad política fue una característica dominante que se mantuvo, hasta los gobiernos de Benito Juárez y Porfirio Díaz.
Esta inestabilidad política afectaba todas las esferas de la sociedad llegando incluso a hechos armados, como lo fue la Guerra de Reformas donde liberales y conservadores se enfrentaron a muerte, dando como vencedores a los liberales que de la mano de Benito Juárez, comenzaron importantes reformas en la república mexicana.
Una vez que se había concluido esta guerra que duró aproximadamente tres años, México se encontraba en una situación económica muy difícil que llevó al presidente Benito Juárez a atrasarse en el pago de la deuda interna contraída con España, Inglaterra y Francia, los cuales, se molestaron profundamente por esta situación.
En 1861 la Reina Victoria de Inglaterra, la Reina española Isabel II y el emperador francés Napoleón III, firmaban a nombre de sus reinos y a través de sus representantes el Tratado de Londres que disponía una invasión militar al territorio mexicano, para cobrar las deudas contraídas con las grandes potencias.
Una vez en Veracruz, el gobierno mexicano logra negociar con España e Inglaterra convenciéndoles de que tendrían sus pagos.
Pero Francia que estaba regida por el sobrino de Napoleón Bonaparte, el emperador Napoleón III, se encontraba en su segunda fase imperialista y tenía los ojos puestos en México para utilizarla como una colonia satélite, desde donde además, podría colaborar en la Guerra de Secesión Norteamericana apoyando al bando confederado.
Esta situación de interés de Francia por parte de Napoleón III, es aprovechada por los conservadores mexicanos que buscarán convencer a Fernando Maximiliano Habsburgo-Lorena, que ejerciera la regencia de México bajo una monarquía constitucional, donde estos conservadores, pudiesen mantener sus privilegios que estaban en jaque por el gobierno de Benito Juárez.
Invasión de Francia y llegada de Maximiliano I de México
En 1862 los franceses con 6.000 hombres buscaron tomar la República Mexicana para hacerla un dominio francés, sin embargo, esta invasión sería ampliamente rechazada por la sociedad mexicana, que les propinaría una derrota significativa en Puebla que los obligaría a esperar refuerzos.
Los refuerzos llegarían de Europa, y con cerca de 30.000 hombres bien armados y equipados, las huestes francesas comenzarían su movilización por el territorio mexicano, llegando a Ciudad de México el 10 de junio de 1863.
Al ser los Habsburgo aliados de la corona francesa, Maximiliano de Austria, sería el objetivo principal de los conservadores mexicanos, que lograrían convencerlo para viajar a México llegando el 28 de mayo de 1864, al puerto de Veracruz en compañía de su esposa Carlota de Bélgica, que una vez en Ciudad de México, tendrían un caluroso recibimiento envuelto en fiestas y celebraciones majestuosas, aunque lo que más había impresionado a Maximiliano, había sido la belleza de la geografía mexicana.
Maximiliano I, Emperador del Segundo Imperio Mexicano
Maximiliano de Austria aceptaría la corona mexicana en su castillo Miramar en Trieste, Italia, donde los conservadores mexicanos lo habían convencido de aceptar el reino.
Maximiliano había aceptado porque los mexicanos le habían hecho creer que la voluntad de toda la sociedad mexicana lo aceptaría a él como su emperador
Por esta razón, el día 10 de abril de 1864, el emperador del Segundo Imperio Mexicano tomaba la corona en suelo extranjero.
Cuando llegó Maximiliano I, comenzaría varias obras arquitectónicas importantes como la construcción de ferrocarriles, la remodelación del Castillo de Chapultepec, y más importante aún, porque todavía se puede visitar, el paseo que comunica el centro de la ciudad con el castillo de Chapultepec, el llamado Paseo de la Emperatriz, hoy conocido como Paseo de la Reforma.
En cuanto a su postura política, los conservadores mexicanos lo habían elegido y habían buscado un gobierno monárquico, al pensar que de esta forma podría ponerle freno a las reformas liberales que atentaban contra el clero y los privilegios de las elites, además de evitar la separación entre la iglesia y estado que era uno de los objetivos de Benito Juárez.
Sin embargo, el emperador Maximiliano I llevaría a cabo este objetivo junto a otras políticas liberales.
La separación de la iglesia y el estado, el pago de impuestos por parte del clero, reparticiones de tierras entre campesinos, construcciones de escuelas y otras políticas consideradas muy liberales por los conservadores, fueron algunas de las acciones políticas que ejercería Maximiliano I en su corto gobierno mexicano.
El gobierno monárquico de Maximiliano I se sostenía en la presencia del ejército francés que controlaba varias zonas de México pero no su totalidad, tomando en cuenta que este ejército buscaba apoyar e influir de alguna manera en su vecino del norte, los Estados Unidos de América.
Sin embargo, para 1865 el estado de la Unión Americana se erigió como vencedor de la contienda y en Francia, los problemas con Prusia hicieron que Napoleón III ordenara el regreso de muchas de sus tropas, además del malestar que sentían los mexicanos por esta invasión y gobierno extranjero.
Estas fueron las causas de la caída del segundo Imperio Mexicano.
Para 1865, Porfirio Díaz entraría triunfante en la Ciudad de México, restableciendo la república y el gobierno de Benito Juárez.
Por su parte, Maximiliano I, se atrincheraría en Querétaro donde sería capturado junto a sus dos generales más importantes, dos mexicanos conservadores que junto al emperador Maximiliano I, serían fusilados, muriendo el emperador el 10 de junio de 1867 luego de que numerosas personalidades de todos los ámbitos elitistas (monarcas, cortesanos, nobles, e incluso, artistas) pidieran a Benito Juárez perdonar la vida de Maximiliano de Austria.
