Breve biografía de Sofonisba Anguissola

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Leopoldo Ágreda Lovera
Nací en Mérida, un estado andino de Venezuela pero me crié en Caracas la ciudad donde crecí, observando el Ávila y haciéndome las preguntas más importantes sobre la vida, la sociedad y el universo, rodeado de árboles y el sabor agridulce de toda gran ciudad. En el trayecto de mi vida, conocí las calles y sus gentes, las cuales me ayudaron a formarme un mejor criterio de la existencia humana y las ciencias sociales, para luego estudiar en la Universidad Central de Venezuela, donde me he formado como historiador y pensador social. La lectura es uno de mis grandes vínculos con el pasado y la esencia de la humanidad, ya que como dijo Descartes, leer es como tener una conversación con las grandes mentes de la historia; el ajedrez es otra de mis grandes pasiones, ya que me ha ayudado a desarrollar una mejor comprensión de la vida, que junto a la música, forman los tres pilares de mis gustos actuales. Soy familiar, amante de la naturaleza y los animales, porque en ellos ves la esencia de la filosofía y de Dios.

El siglo XVI tuvo en Sofonisba Anguissola a una de las mujeres más importantes de su siglo, quien destacó por su gran talento en el arte de la pintura, en un período que este oficio, no era realizado por mujeres, además de no ser tan bien visto como otras artes.

Sin embargo, Sofonisba fue apreciada por su manera de realizar retratos además de por su propio estilo con su manera particular de mostrar las expresiones faciales.

Sofonisba Anguissola sería una de las principales retratistas del Renacimiento, siendo especialmente importante en la corte de Felipe II, donde se convirtió en una mujer muy cercana a la reina Isabel de Valois, además de retratar a toda la familia real durante los varios años que estuvo en esta corte.

Primeros años de Sofonisba Anguissola

El año 1535 sería especial para la ciudad de Cremona. En primer lugar, la autoridad de este territorio pasaba del Ducado de Milán a la corona española regentada por Felipe II.

Sofonisba Anguissola, autorretrato, 1554. Crédito: Dominio Público.

En segundo lugar, nacía la pintora más famosa de esta tierra, Sofonisba Anguissola, en el seno de una familia aristocrática.

Los padres de la pintora fueron seguidores de las ideas de Baltazar Castiglione, que había mostrado en su famoso El Cortesano como debía educarse a una mujer cortesana, quien debía saber conversar, conocer del mundo de las letras, tocar instrumentos musicales y desarrollar sus talentos propios.

En este sentido, Amilcar Anguissola, padre de Sofonisba, la animaría a ella y sus hermanas a dedicarse al mundo del arte, las letras, la cultura y el mundo de la intelectualidad.

Acerca de la familia de Sofonisba, su padre era Amilcar Anguissola, quien estuvo involucrado en el Consejo que regia la ciudad de Cremona a nombre de Felipe II, permitiéndole desarrollar una amplia red de negocios entre Italia y España.

La madre era Bianca Ponzone, quien se cree también compartía las aficiones artísticas de sus hijas. El matrimonio tuvo siete hijos, contándose seis mujeres y un solo varón, siendo Sofonisba Anguissola la mayor y la encargada de la educación de algunas de sus hermanas menores.

Los primeros pasos en la pintura

Aproximadamente cuando cumplió 14 años, el maestro Bernardino Campi le ofreció clases de pintura a Sofonisba y su hermana Elena, siendo especialmente destacado este pintor en el arte de hacer retratos, algo que Sofonisba aprendería a la perfección, superando a su maestro con creces.

Cuando el maestro Bernardino Campi es llamado a desempeñar algunas misiones en Milán, Amilcar Anguissola buscaría a Bernardino Gatti para que continuara con la labor de enseñar a sus hijas.

autorretrato de anguissola con campi
Autorretrato con Bernardino Campi, 1550. Crédito: Dominio Público

Con Gatti, Sofonisba aprendería la pintura de objetos que reflejaban caracteres de la personalidad de sus retratados, algo que aparece constantemente en sus obras y que nos dicen mucho acerca de la persona que se está retratando. Incluso cuando se trata de un autorretrato, ya que Sofonisba Anguissola es una de las pintoras con más autorretratos en la historia.

Sofonisba Anguissola y su viaje a la ciudad de Roma

Cerca del año 1554, Anguissola viaja a Roma para continuar su aprendizaje de la pintura y en esta icónica ciudad conocería a uno de los principales personajes de la época, que quedaría fuertemente impresionado por el estilo de la joven italiana. Se trata de Miguel Ángel, quien elogió y admiró la destreza de Sofonisba en el dibujo.

Se cuenta que Sofonisba Anguissola había dibujado a su hermana sonriendo en una típica escena doméstica, que tanto gustaba hacer a la pintora. Miguel Ángel, al ver aquella escena, le pidió a la joven si podía cambiar la imagen de la niña sonriendo por un niño llorando, entregándole al gran pintor de la Capilla Sixtina un dibujo de su hermano llorando con un cangrejo.

En este viaje conocería a los principales artistas de la época, muchos con los que mantendría una importante correspondencia hasta el final de sus días.

La corte de Felipe II

El descollante talento de la joven pintora no pasaría inadvertido por varios de los principales artistas de la época, incluyendo al gran Giorgio Vasari, quien la incluyó en su libro de artistas renacentistas, hablando de su destacado dominio de la técnica del retrato, describiendo la pintura de 1555 del juego de ajedrez.

juego de ajedrez Sofonisba Anguissola
Lucia, Minerva y Europa Anguissola jugando al ajedrez, 1555. Crédito: Dominio Público

No solo los grandes artistas se percatarían de aquel talento, sino que su propio padre buscaría encontrar un mecenas adecuado para su hija en las principales cortes de Europa, consiguiendo una invitación a la corte de Felipe II en Madrid, gracias a la intercesión del Duque de Alba y el gobernador de Milán, ambos importantes personajes de aquella corte.

En 1559 partiría a Madrid como dama de compañía de la reina Isabel de Valois, convirtiéndose en su compañera favorita gracias a sus amplios conocimientos de arte, cultura, el mundo de las letras y amor al conocimiento, además de ser también su maestra en pintura.

Junto a la reina estaría hasta su fallecimiento en 1568, aunque se mantendría en la corte un tiempo más, hasta que el rey se empeñaría en buscarle un esposo, permitiendo que se casara con Fabrizio Moncada, un importante caballero de la nobleza siciliana, hijo del príncipe de Palermo y hermano del virrey de Sicilia.

En 1571 partiría a Sicilia luego de varios años en la corte española, aunque el matrimonio con este importante personaje siciliano no duraría debido a que moriría prematuramente.

A pesar de la delicada situación que tenía al enviudar, el rey Felipe II continuaba ayudándola con una pensión y otros apoyos, incluso luego de 1579, cuando Sofonisba Anguissola contrajo matrimonio con el noble genovés Orazio Lomellino, aunque el rey estaba en desacuerdo con la unión.

Gracias a la unión con Orazio, quien poseía una amplía fortuna, además de la pensión generosa que recibía de Felipe II, Sofonisba Anguissola se dedica exclusivamente al cultivo de su arte, recibiendo en su casa a las jóvenes promesas de la pintura europea, destacándose la visita que realizó Anton van Dyck en 1623, retratándola en su cuaderno de dibujos con una edad mayor a los 90 años.

En 1625, la gran pintora de las cortes, el manierismo y la ilustre maestra del retrato, fallecería en la ciudad de Palermo, acabándose la vida de una de las pintoras más longevas y famosas de la historia.

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