Características del Homo floresiensis, el homínido de Isla de Flores

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Leopoldo Ágreda Lovera
Nací en Mérida, un estado andino de Venezuela pero me crié en Caracas la ciudad donde crecí, observando el Ávila y haciéndome las preguntas más importantes sobre la vida, la sociedad y el universo, rodeado de árboles y el sabor agridulce de toda gran ciudad. En el trayecto de mi vida, conocí las calles y sus gentes, las cuales me ayudaron a formarme un mejor criterio de la existencia humana y las ciencias sociales, para luego estudiar en la Universidad Central de Venezuela, donde me he formado como historiador y pensador social. La lectura es uno de mis grandes vínculos con el pasado y la esencia de la humanidad, ya que como dijo Descartes, leer es como tener una conversación con las grandes mentes de la historia; el ajedrez es otra de mis grandes pasiones, ya que me ha ayudado a desarrollar una mejor comprensión de la vida, que junto a la música, forman los tres pilares de mis gustos actuales. Soy familiar, amante de la naturaleza y los animales, porque en ellos ves la esencia de la filosofía y de Dios.

En la región del Océano Pacífico donde se encuentran las actuales Indonesia y Filipinas, existió una especie de laboratorio genético natural donde convivieron varías especies homínidas diferentes, que incluso llegaron a evolucionar de manera autóctona como es el caso del Homo luzonensis, o el Homo floresiensis, del cual hablaremos en este artículo.

El hallazgo de esta especie homínida fue en la Isla de Flores en Indonesia, donde cohabitaron varías especies homínidas con animales que ya se habían extinto en otras partes del mundo, sin duda, un lugar muy interesante para estudiar.

Características del Homo floresiensis

Homo floresiensis o el “Hombre de Flores” fue llamado también “El Hobbit”, ya que su corta estatura, hizo recordar este personaje mítico de la saga del Señor de los Anillos. La altura del floresiensis se ha podido determinar gracias a los huesos encontrados en la isla de Flores, determinando que medían solo un metro de estatura y pesaban hasta 25 kilos aproximadamente.

El cerebro de esta especie llegaba a unos 400 cm3, aunque se piensa que fueron muy inteligentes ya que algunos estudios de su caja craneana determinaron que poseían un alto desarrollo en el lóbulo frontal, donde los humanos modernos guardan la información del pensamiento más avanzado, y en el lóbulo temporal, donde se ubica el procesamiento de la memoria y las emociones.

Durante las excavaciones donde se encontraron los huesos del Homo floresiensis, se pudo encontrar también algunos huesos de elefantes enanos, dragones de komodo, roedores gigantes, y varías herramientas que forman parte de una industria lítica avanzada que incluían instrumentos de cacería, lo que demuestra una gran inteligencia a pesar de su corto tamaño y volumen craneal.

Acerca de la edad de este homínido, se ha llegado a concluir que pudo tener una antigüedad de aproximadamente unos 75.000 años, aunque las avanzadas herramientas de piedra encontradas en la cueva donde se realizó el hallazgo arrojan una edad de aproximadamente unos 90.000 años.

En primera instancia se pensó que el Homo floresiensis pudo haberse extinto hace unos 15.000 años. Sin embargo, algunos estudios posteriores han señalado que su extinción se produjo mucho antes, hasta hace unos 50.000 años, lo que coincidiría con la llegada del Homo sapiens al continente asiático.

Aspectos evolutivos del Homo floresiensis

Sobre los aspectos evolutivos del Homo floresiensis, durante mucho tiempo se pensó que el Homo erectus había sido su antecesor, ya que esta especie homínida es considerada la primera en salir del continente africano. Sin embargo, estudios posteriores han apuntado a otra dirección.

La combinación de rasgos arcaicos con otros elementos más modernos en cuanto a la morfología del Homo floresiensis, hicieron pensar que podía ser un Homo sapiens enano y enfermo. Sin embargo, no fue este el caso. Se determinó por su mandíbula y algunas piezas dentales que el parecido con los australopithecus era muy grande y separado de los Homo erectus o sapiens.

Igualmente, las características de sus hombros, manos y la muñeca, indicaban que el origen del Homo floresiensis no podía venir del Homo erectus, ya que estos elementos apuntaban a un ancestro anterior; razón por la cual, un grupo de científicos australianos en el año 2017 han concluido que el posible origen del Homo floresiensis pudo venir de un antepasado tan lejano como el Homo habilis, lo que traería la necesidad de reescribir varios capítulos de la historia hasta ahora aceptada del mundo homínido.

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