Al igual que con otros territorios colonizados por España, el siglo XIX significaría la independencia para los países latinoamericanos. No obstante, cada proceso independentista tuvo sus particularidades y algunos puntos en común.
La Guerra de Independencia de México duraría aproximadamente 10 años, teniendo períodos de gran beligerancia junto con otros tiempos de tensión.
Dentro de la lucha independentista mexicana podemos señalar tres momentos principales:
- En primer lugar, el período que abarca el “Grito de Dolores”, del 16 de septiembre de 1810 hasta el año 1811, cuando es vencida la rebelión popular.
- En segundo lugar, desde 1811 a 1815, donde destacan las figuras de López Rayón y Morelos.
- En tercer lugar con el período que va desde 1815 a 1821, donde se produjeron las acciones donde resaltaría Vicente Guerrero y llevaría a la posterior unificación de los ejércitos del realista Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, dando inicio a la primera etapa independiente de México.
1810: Los inicios de la guerra de independencia mexicana
Hubo varios antecedentes de la guerra de independencia de México antes de que estallara la rebelión popular de 1810, que daría inicio a la guerra independentista.
Estos antecedentes fueron anteriores a la mítica fecha del 16 de septiembre, cuando en la población de Dolores, el cura Miguel Hidalgo y Costilla haría sonar las campanas de aquella iglesia dando la señal que daría inicio a la rebelión.
Cuando este movimiento conocido históricamente como el “Grito de Dolores” comenzó, un gran número de la población se unió al movimiento liderados por aquel cura que llevaba siempre un estandarte de la Virgen de Guadalupe.
Este grupo de gente que apoyaban esta rebelión, a pesar de poseer un fuerte entusiasmo para luchar contra las huestes reales que defendían la Corona de España, carecían de estrategia, conocimiento y formación militar, por lo que serían vencidos casi un año después no sin antes haber demostrado a la Corona que en México habían hombres y mujeres dispuestos a luchar en aquel vasto territorio.
A pesar de esto, varias ciudades del norte se aliaron a los insurgentes logrando conquistar numerosas plazas para los rebeldes.
No obstante, los realistas dominarían la situación eventualmente y para marzo del año 1811, habían capturado a numerosos insurgentes entre los que se encontraba Hidalgo, quien sería fusilado dando fin a esta primera etapa.
1811-1815 – La guerra de independencia mexicana en su etapa de mayor organización
Esta nueva etapa podría decirse que comienza en 1811 tras el fusilamiento de Hidalgo y Costilla, hasta 1815 cuando sucede el fusilamiento de otro grande de la historia mexicana y latinoamericana, José María Morelos y Pavón, quien junto a Ignacio López Rayón, comienzan una etapa de la guerra donde no solo hay mayor organización militar, sino que estas acciones van acompañadas de un importante ideario político y jurídico.
Como indicamos anteriormente, existieron varios combates entre las fuerzas insurgentes y las huestes del virreinato.
Sin embargo, en esta etapa de la lucha destacan las acciones de carácter político que fueron dotando de un marco jurídico e ideológico al movimiento insurgente.
Por ejemplo, en Zitácuaro en 1811, se reunió la Suprema Junta Nacional Americana que aglutinó la élite criolla y buscó resguardar los derechos reales de Fernando VII, además de proponer los elementos constitucionales que podrían dar origen a una carta magna.
Otra de las acciones políticas del movimiento fue el Plan Paz y Guerra en 1813, donde se negociaba la Independencia de México a través de acuerdos; o, si no se aceptaba este plan, se acordaban las condiciones en que debería llevarse el conflicto.
Este año de 1813 sería muy importante dentro de estos lineamientos jurídicos ideológicos de los independentistas.
Otra muestra de esto fue el Congreso de Anáhuac, instalado en Chilpancingo, donde al desarrollarse la primera sesión se leerían los “Sentimientos de la Nación”, donde se proclamaba la independencia, la religión católica como única, igualdad ante la ley y la supresión del sistema de castas, entre otras proclamas.
El día 6 de noviembre de 1813 se leería el Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional, donde romperían la dependencia con la Corona de España, siendo éste un nuevo acto que difería de la junta de Zitácuaro.
Para el año 1814, las pretensiones jurídicas ideológicas de los independentistas mexicanos había llegado al punto de redactar y promulgar una constitución, conocida como la ‘Constitución de Apatzingán’, donde se asentaba la manera del gobierno y las disposiciones de sus miembros, entre otras leyes, derechos y deberes.
Durante este período continuaron las luchas armadas entre ambos bandos. Agustín de Iturbide, en calidad de militar realista, buscaría apresar a los miembros del congreso de Anáhuac sin poder hacerlo, aunque para el 5 de noviembre de 1815, soldados realistas darían con una caravana donde se trasladaban varios miembros independentistas en donde se encontraba Morelos, quien sería apresado y fusilado, dando fin a la segunda etapa del conflicto.
1815: La guerra de independencia mexicana en sus últimos años
Las fuerzas insurgentes que habían luchado contra los realistas hasta 1815, comenzaron la lucha armada de manera distinta: atacando al enemigo en una guerra de guerrillas ya que todos los revolucionarios estaban luchando de forma aislada.
Fueron en estos tiempos en que los nombres de Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, Nicolás Bravo y Manuel Mier y Terán, entre otros, se harían inmortales en la lucha de México por su Independencia.
En 1816, las fuerzas insurgentes estaban batallando de manera independiente unas de otras, razón por la cual muchos de estos guerreros se encontraban en una situación de desventaja muy grande.
El gobierno realista presidido desde este año por Juan Ruiz de Apodaca, comenzaría una política de indultos, prohibición de fusilamientos y búsqueda de la pacificación del territorio, indultos que fueron acatados por varios luchadores independentistas, pero no todos.
Vicente Guerrero durante todos estos años, se mantuvo luchando en el sur llegando a convertirse en el General en Jefe de las Tropas del Sur. Sin importar que tan negativa fuese la situación para él, continuó la lucha por la independencia al igual que otros hombres que no se habían acogido a los indultos de 1816 o 1818.
La oportunidad de estos hombres llegaría con la ‘Conspiración de La Profesa’, donde eminentes personajes de las elites mexicanas buscarían evitar que se conociera la decisión del rey Fernando VII de haber pactado la monarquía constitucional a través de la constitución de Cádiz de 1812.
Este hecho sería importante para los independentistas ya que los conspiradores serían la clave para la creación del Ejército Trigarante.
Cuando se determinó que Agustín de Iturbide sería el encargado de atacar las huestes independentistas de Vicente Guerrero, no contaban con que ambos líderes terminarían acercándose tras el “Abrazo de Acatempan”, uniendo ambos sus fuerzas militares y permitiendo que Iturbide fuese el jefe máximo de este ejército, logrando la consumación de la Independencia de México, el día 27 de septiembre de 1821.