Historia y características del Neoclasicismo

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A mediados del siglo XVIII surgió un movimiento literario y artístico llamado neoclasicismo, el cual abarcaría hasta el siglo XIX.

La base fundamental consistía en retomar de la Antigüedad Clásica (también conocida como grecorromana) los valores tanto estéticos como filosóficos, especialmente el culto a la razón, pero renovándolos.

Todo esto radicaba como centro del desarrollo de la sociedad moderna.

Su origen viene directamente de Francia, aunque conocido primordialmente como clasicismo. No tardó demasiado en extenderse por toda Europa y parte de América, trayendo consigo a la Ilustración como clave esencial de este movimiento cultura.

Significado del neoclasicismo

El neoclasicismo se manifestó a partir de diversas disciplinas artísticas, así como la literatura, entre otras como la música, la arquitectura, pintura y escultura.

Aunque en Francia se le conoce como clasicismo, su prefijo neo de “nuevo” se le incluye para el entendimiento de esta doctrina.

Fue el neoclasicismo la expresión estética del periodo de la Ilustración o Iluminismo; quizás sea esta una de las razones por las que fue tomado muy bien por Estados Unidos (entre otros países de América), cuyos conceptos filosóficos le inspiraron para lograr la independencia.

El neoclasicismo tomó los ideales del grecorromano para imitar, si se quiere, considerando especialmente el momento en el que nacería tanto la democracia, como la ciencia y la filosofía. Fue para este entonces que se descubrió tanto Pompeya, como Herculano; un motivo más para el resurgimiento del interés hacia el pasado.

ruinas de Pompeya
Antiguas ruinas de Pompeya con el volcán Vesubio de fondo. Crédito: Depositphotos.

Este movimiento neoclásico se oponía a todas aquellas características desarrolladas en el arte del barroco, en especial ese horror vacui en el que se centraban, para considerar el orden, la simetría y la delimitación como las tres bases fundamentales del desarrollo estético.

Origen del neoclasicismo

El origen del movimiento neoclásico estuvo fundamentado en tres procesos históricos que le marcaron.

Uno de ellos fue el ya mencionado descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano. El segundo de ellos, la aparición del Iluminismo o Ilustración como movimiento filosófico, cuya finalidad era la defensa hacia la razón pura.

La llamada doble revolución, mejor conocida como Revolución Industrial, fue el último de los procesos que ayudó a darle origen al neoclasicismo; y con ello la Revolución Francesa, la cual fue un llamado a la libertad e igualdad.

la libertad guiando al pueblo obra arte
«La Libertad guiando al pueblo», de Eugène Delacroix es la obra que representa la Revolución de 1830 iniciada en Francia, pero que erróneamente se emplea para representar la Revolución Francesa

Antes de que estos tres factores llegaran como influencia para el nacimiento del neoclasicismo, era el arte barroco el que dominaba en Europa; específicamente hacia finales del siglo XVII y principios del XVIII. Sin embargo, era el Rococó el que se desarrollaba en la corte francesa.

La Ilustración es la que da pie a las críticas entorno a este arte que denominaban excesivo y extremadamente recargado (el barroco), vinculándolo especialmente a un fanatismo religioso de la aristocracia. Es entorno a todo esto, el neoclasicismo oponiéndose a estas tradiciones artísticas.

Principales características del neoclasicismo

El arte neoclásico podría considerarse como escaso de emoción, transmitiendo cierta frialdad, especialmente si lo confrontamos con el romanticismo que le seguiría en contraposición.

Sin embargo, el movimiento neoclásico fue en su momento revolucionario, especialmente al darle nacimiento a una cultura que se basaba estrictamente en el progreso, la razón y la moral.

La moral neoclásica

El principio de la filosofía neoclásica era la moralización de la sociedad, así como la educación en pro de la modernización.

Tanto escritores como artistas mantenían la idea de que a partir de sus creaciones lograrían divulgar los valores necesarios para el surgimiento de la sociedad ideal, mucho más culta, racional, moral y progresista, para dejar atrás el atraso intelectual: la ignorancia.

El grecorromano como objeto de inspiración

Las ideas neoclásicas partían de la inspiración adquirida del grecorromano, especialmente el modelo ético exclusivo del raciocinio humano como parte de la universalidad.

Danubio e Inn, esculturas en el Parlamento de Austria. Crédito: Depositphotos.

Aunque este objeto de inspiración ya se había tomado en gran medida en el Renacimiento, a pesar de que fuese exclusivo para su uso en torno a los conocimientos adquiridos de la naturaleza.

El neoclásico, por otra parte, lo trajo nuevamente para tomar los referentes morales como proyección a la formación de un estado ideal moderno.

Los valores neoclasicistas

Los artistas que desarrollaron contenidos neoclasicistas, mantenían un sentido estético y filosófico que diera apertura a la modernidad, pero no sin que se presentaran algunos valores fundamentales en torno al raciocinio universal, tales como la idea de la patria, así como el espíritu del sacrificio propio en tanto existiera un autodominio.

Asimismo, el heroísmo era de importancia, muy representado en sus creaciones, así como la idea de libertad.

La razón como culto

Tanto los escritores como los artistas neoclásicos, mantenían la fiel idea de que la educación era el camino correcto para la creación del nuevo hombre moderno.

Por tal motivo, veían la razón como una especie de culto, siendo fundamental para la creación.

Las obras ejecutadas debían mantener el autodominio antes mencionado, así como realzar la virtud y la templanza.

Equilibrio, simetría y delimitación

Al mantener al grecorromano como modelo a seguir, el equilibrio sería el mayor interés en considerar, así como la simetría y la delimitación, siendo los primordiales valores del arte griego clásico.

Los escritores y artistas, al retomar esta triada de la Antigüedad Clásica, rechazan, a su vez, todo el exceso proveniente del rococó y el barroco.

Esta triada formó parte fundamental del ideal neoclásico, desarrollada principalmente por los arquitectos, escritores, músicos y artistas plásticos del momento.

El equilibrio, la simetría y la delimitación, eran tomadas como una suerte de metáfora ante la moralidad que se pretendía desarrollar como parte esencial de los valores de la nueva civilización.

Temas más desarrollados

Los temas desarrollados en el arte neoclásico, especialmente en la pintura, eran tres los de mayor interés. La Revolución Francesa era uno de ellos, así como todo lo que tomaron de la historia grecolatina que les evocara modelos morales, así como en relación a la mitología romana.

Sin embargo, fueron otros temas también ejecutados, aunque en menor medida, especialmente en tanto a inspiración cristiana y pintura religiosa, entre otros como retratos colectivos e individuales.

La universalidad

Todos los temas desarrollados en el neoclásico aspiraban a abarcar esta narrativa racionalista, pero a nivel universal.

Asimismo, debía considerarse como parte de un Estado nacional laico, así como republicano, pero que fuera de esta manera para toda la civilización.

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